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¿Peleas con quien te ama… cuando en realidad necesitas llorar?

  • asp3020
  • hace 1 día
  • 3 Min. de lectura

¿Peleas con quien te ama… cuando en realidad necesitas llorar?



Tal vez te ha pasado.


Hay momentos en los que la carga interna es tanta —la energía acumulada, la vulnerabilidad contenida— que tu cuerpo ya no puede más… y necesita liberar.

Y no me refiero solo a una metáfora emocional. Hablo de una descarga real, biológica, energética, como la que describe Alexander Lowen en la bioenergética: cuando el sistema llega al punto de quiebre.


Y ahí, en vez de permitirte llorar, gritar al cielo o rendirte al temblor del cuerpo… te descubres buscando con quién pelear. Eso sí, no con cualquiera. Sino con quien te ama. Con quien se queda. Con quien no huye.


¿Te reconoces? ¿Te ha pasado que provocas, acusas o hieres… no porque no quieras a esa persona, sino porque no sabes cómo soltar lo que llevas dentro?A veces no es rabia. Es tristeza contenida. No es desamor. Es energía atrapada.


Y sin darte cuenta, buscas afuera lo que no sabes cómo liberar desde adentro. Este patrón puede ser tan sutil, tan habitual, que incluso si llevas tiempo trabajando en ti, puede pasar desapercibido. Es una forma aprendida de contactar tus emociones más profundas… a través del conflicto.


Pero no tiene que seguir siendo así.


Tu cuerpo necesita descargar, ¡sí! Eres un ser vivo, emocional, energético. Pero también puedes aprender otras formas. Más presentes. Más conscientes. No desde el pleito, sino desde el sentir. No hiriendo, sino habitándote. No actuando tu dolor en otros, sino dándote espacio para atravesarlo.


Cuando te das cuenta, aparece una nueva posibilidad: la de elegir distinto.


Porque tu cuerpo sí sabe soltar. Solo necesita guía y tu permiso.


Así que la próxima vez que te encuentres al borde del conflicto, al borde del grito o del drama, pregúntate:


¿Necesito pelear… o necesito llorar?¿Estoy buscando soltar… o simplemente no sé cómo hacerlo de otra forma?


Volver a tu cuerpo puede ser la puerta.


Una herramienta de Core Energética que puede ayudarte en momentos de sobrecarga:


Cuando sientas que estás al límite, ponte de pie.


Separa los pies al ancho de tus caderas y dobla un poco las rodillas. Siente el peso descendiendo hacia los pies. Afloja la mandíbula, relaja el abdomen. Respira por la nariz y exhala por la boca con sonido


Suena raro, pero funciona. Hazlo una y otra vez.


Permite que tu cuerpo tiemble si lo necesita. Es común que aparezca temblor en las piernas; eso es un signo positivo de que la energía se está movilizando.


Siente tus piernas… mueve los brazos, sacude la energía. Golpea suavemente tu pecho con los puños cerrados si eso te ayuda a aflojar lo que se quedó atascado.


No es raro. Es darle a tu cuerpo un canal para decir lo que aún no puedes poner en palabras.


Ahí, en ese movimiento, empiezas a volver a ti. Sin juicio. Sin prisa. Sin pleito.


Solo tú… habitándote.


He escrito este artículo en un momento muy difícil para mí, un momento en el que no estaba pudiendo fluir con mi sentimiento ni rendirme a el.


Lo apliqué en mí misma al pie de la letra y, lo que ocurrió, fue que el sentimiento comenzó a fluir, y pude encontrar la descarga que estaba necesitando.Te lo comparto.


© Adriana Soberon P. Todos los derechos reservados.


Este texto es de autoría original. Queda prohibida su reproducción parcial o total sin autorización previa por escrito.


 
 
 

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